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¿Qué papel juegan la comptetitividad y la motivación en la gamificación?

Seguro que alguna vez te has preguntado si los humanos somos competitivos por naturaleza. A pesar de que este término suele tener una connotación negativa, está demostrado que las dinámicas que tienen un incentivo competitivo generan una mayor motivación.

¿Qué pasaría si jugaras solo, sin rivales, al Parchís, al Cluedo o al Trivial? ¿Perdería la gracia, verdad? Está claro que uno de los secretos de los juegos de mesa es precisamente alcanzar una determinada meta antes que tus compañeros. A pesar de que, es evidente que la competitividad nos motiva a la hora de jugar y hace que prestemos más interés, en este tipo de juegos, también disfrutamos del proceso, aprendemos y nos superamos personalmente cuando logramos algo que dábamos por perdido. En la gamificación se da un proceso muy similar al de los juegos de mesa.

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Competitividad en la gamificación para empresas

Según la Asociación Estadounidense de Psicología, la competitividad ayuda a aumentar el esfuerzo y permite un mayor rendimiento de los empleados. Teniendo en cuenta esta teoría, la clave para tener una mayor respuesta de los trabajadores, es aplicando la competitividad sana en la gamificación en forma de emociones positivas, logros, compromiso y alguna que otra recompensa.

¿Qué motiva a los empleados?

 A lo largo de este artículo hemos visto la estrecha relación entre la competitividad y la motivación.

Seguramente todos nosotros coincidimos en que motivar y mantener la motivación en un equipo no es una tarea fácil. Para lograrlo, muchas compañías ya han recurrido a la gamificación, pero ¿qué tipo de motivaciones existe?

Motivación intrínseca 

Es aquella que nace del interior de cada uno y, por lo tanto, que es independiente de cualquier tipo de estimulo externo. La motivación intrínseca está dirigida por necesidades de exploración, sensaciones de logro, autorrealización, curiosidad, las cuales se consideran conductas motivadoras en sí mismas.

Es cierto que a todos nos gusta que valoren nuestro esfuerzo. Por este motivo, añadir un pequeño incentivo recompensatorio en la gamificación despertará la competitividad y la motivación de los empleados durante el proceso de la aventura virtual.

Motivación extrínseca 

Es aquella que tiene origen en la que los motivos que llevan a una persona a realizar una actividad están sujetos a factores externos. El ejemplo más común es la recompensa económica que una persona recibe a cambio de hacer un trabajo.

A pesar de que una de las claves para que una gamificación funcione es conseguir crear un buen storytelling, está claro que por muy buena que sea la historia que envuelva el proceso, sin motivación y una pizca de competitividad los empleados no se sentirían tan involucrados en la experiencia.

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Motivar a tus trabajadores y despertar su espíritu competitivo es posible con Playmotiv

Con una partida como las que elaboramos en Playmotiv, estableces unos objetivos claros y se los presentas al equipo como si estuvieran a punto de vivir una aventura única gracias al storytelling: una escalada por el Everest, un Rally por todo el mundo, un viaje submarino…. Los empleados o equipos competirán para alcanzar ciertas metas y conseguir recompensas. Este proceso les motivará a esforzarse más y, por ende, mejorarán su productividad y los beneficios de la compañía.