La gamificación se basa en la capacidad que sus sistemas tengan para estimular la motivación de los jugadores para que desarrollen unas conductas concretas. El impacto de la motivación en la productividad es meridiano, así lo recoge el estudio de Gallup que ya comentamos en su día. Para aproximarnos al concepto de motivación a partir de la gamificación, podemos tener en cuenta dos teorías complementarías:
- La teoría de la Autodeterminación (Self-Determination Theory) de Richard Ryan y Edward Decy (1985)
- Las teorías sobre motivación de Daniel Pink, recogidas básicamente en su libro «Drive» de 2011.
¿Quieres descubrir qué dice cada una de ellas, en qué coinciden y en qué se diferencian? A continuación te lo explicamos.
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La motivación intrínseca y extrínseca en la gamificación
La teoría de la Autodeterminación parte de que las personas, por defecto, están motivadas, es decir, «muestran un considerable esfuerzo, capacidad y compromiso con sus vidas, lo que en efecto parece más general que excepcional». Esta motivación puede ser de dos tipos:
- Intrínseca: aquella que surge de factores propios de las personas.
- Extrínseca: aquella que nace por elementos externos a la persona.
La motivación intrínseca, recogida en la teoría de la Autodeterminación, es «la tendencia inherente a buscar el desafío y la novedad, a extender y ejercitar las propias capacidades, a explorar y aprender». Para los autores, la motivación intrínseca está relacionada con tres conceptos, que llevan hasta ella:
- Competencia
- Autonomía
- Vinculación
Las teorías sobre motivación de Daniel Pink
Daniel Pink, por otro lado, define tres tipos de motivación, según el tipo de sociedad humana a lo largo de la historia, según el reto al que se haya tenido que enfrentar en cada momento. En un primer estadio, centrada en la supervivencia (Motivación 1.0). En un segundo momento (2.0) consistente en un sistema de recompensas y castigos que funciona correctamente con tareas rutinarias, propias del siglo XX.
Y, por último, ya en nuestra época, Pink habla de una motivación 3.0, relacionada con actividades que requieren ser mucho más creativos (porque las rutinarias son ya realizadas por máquinas), una motivación que debe surgir del propio individuo, que debe ser intrínseca. Es muy interesante este vídeo donde Pink explica precisamente la influencia de los incentivos económicos en los resultados, y cómo resultan contraproducentes en según qué tipos de tareas.
A diferencia de Richard Ryan y Edward Decy, define tres elementos que llevan a la motivación:
- Autonomía
- Competencia
- Finalidad
El modelo RAMP
De la combinación de ambas teorías, Marczewski crea el que denomina modelo RAMP
- Vinculación (Relatedness)
- Autonomía (Autonomy)
- Competencia (Mastery)
- Finalidad (Purpose)
La gamificación es una herramienta ideal para generar estos cuatro drivers de motivación intrínseca:
- La vinculación, es decir, la manera en la que uno se relaciona con los demás. Y es especialmente en la gamificación donde conceptos como el estatus, en relación a los demás, son muy relevantes como recompensa.
- La autonomía, entendida como manera de organizarse el juego uno mismo y de sentirse en control.
- La competencia, relacionada con la capacidad de llegar a los objetivos, que deben ser alcanzables pero a la vez deben suponer un reto, provocando que el jugador sienta que está adquiriendo nuevas habilidades.
- La finalidad, la necesidad de darle un significado a las acciones, que pueden entenderse como, por un lado, el esfuerzo colaborativo por alcanzar una recompensa de equipo, y que puede también relacionarse incluso con un fin solidario del propio juego.
Todos estos detonantes de la motivación intrínseca funcionan al gamificar el trabajo de los equipos.
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La gamificación: combinación perfecta de motivación intrínseca y extrínseca
Sin embargo, no podemos olvidar la motivación extrínseca, aquella relacionada con los factores externos, las recompensas externas, como, por ejemplo, el sueldo o los incentivos variables económicos. Como afirma Pink en el video, los incentivos económicos son más o menos recomendables en función de la naturaleza del trabajo que llevemos a cabo. Sin embargo, no todas las tareas que desempeñamos en un trabajo tienen la misma naturaleza: las hay más rutinarias y las hay que precisan de mucha más creatividad. Gamificando podemos combinar ambos tipos de motivación, intrínseca y extrínseca, ponderando en función de cuáles son las tareas del equipo que participa de la dinámica.
Si te interesa saber más sobre la parte de motivación extrínseca de la gamificación, te recomendamos «Incentivos monetarios: cómo planificarlos para motivar mejor».