Si estás pensado en gamificar en tu negocio, debes saber que necesitas cumplir con ciertos requisitos y seguir un proceso que te permita medir resultados.
Solo mediante el análisis de datos podrás determinar si has cumplido los objetivos y podrás saber qué miembros de tu equipo han conseguido alcanzar los objetivos marcados.
A continuación te explicamos el proceso básico para conseguir una gamificación de éxito en 10 pasos.
Contenidos
¿Cómo aplicar una estrategia de gamificación en una empresa?
1. Determina tu objetivo
¿Qué quieres conseguir con tu gamificación? Esta es la primera pregunta que debes responder para establecer una estrategia efectiva. Tu objetivo condicionará el enfoque de la gamificación, el tipo de ambientación, los KPI, etc.
Define qué problema o problemas quieres resolver, o qué áreas de tu negocio quieres mejorar. Te damos algunas ideas:
- Has introducido un nuevo proceso y quieres mejorar su implantación.
- Quieres que tu equipo adquiera un conocimiento más profundo de tus productos.
- Tu objetivo es incrementar los resultados de ventas.
2. Elige una temática que suponga un reto
La ambientación de la gamificación será clave para conseguir la implicación del equipo. Una buena historia, el storytelling, ayuda a crear vínculos emocionales entre la actividad y los participantes. Si la historia resuena con los objetivos de tu equipo, será más fácil que entren en el juego.
Puedes utilizar dos enfoques diferentes para elegir la ambientación de tu juego, pero siempre debe suponer retos de algún tipo.
- Busca una ambientación relacionada con tu sector de negocio. Por ejemplo, nuestra gamificación Pharmaville, enfocada a equipos farmacéuticos, se basa en abrir y hacer crecer una farmacia en un pueblecito virtual.
- Apuesta por una ambientación atractiva, aunque no tenga relación con el negocio. Por ejemplo, puedes inspirarte en una serie o película (como La Casa de Papel o Star Wars) o utilizar la idea de viaje o aventura (una expedición al Everest, una búsqueda del tesoro pirata, etc.).
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3. Escoge los KPI
Para saber si la gamificación funciona y si se obtienen los resultados deseados, tienes que convertir tus objetivos en KPI medibles.
Define qué datos utilizarás para realizar seguimiento de la acción. Por ejemplo, si buscas incrementar ventas, puedes medir ventas cerradas, pero también contactos con nuevos clientes, presentaciones realizadas, etc. En el caso de una gamificación para call centers, por poner otro ejemplo, puedes medir la duración de las llamadas, el nivel de satisfacción de los clientes, etc.
En ambos casos, podrás valorar si los KPI han mejorado desde el inicio hasta el final de la gamificación.
4. Crea pruebas y establece normas
Una vez has definido los objetivos, la ambientación y los KPI que medirás, ha llegado el momento de inventarse pruebas. Es la parte más creativa del proceso, pero también la más compleja, ya que debe conjugar storytelling, dinámicas de juego y finalidad de las mismas.
Por ejemplo, puedes apostar por hacer una eliminatoria. ¿Has escogido como ambientación una temática deportiva? Entonces será sencillo potenciar la competitividad entre miembros del equipo o entre equipos para ver quién logra mejores resultados (según los KPI que has definido). Los mejores de cada ronda, pasan a la siguiente y pueden optar a mejores recompensas.
5. Acota la duración y el calendario
Para que la gamificación en tu negocio sea efectiva, es clave que no sea apresurada. Al haber definido todos los aspectos anteriores, te será más sencillo valorar qué duración y calendario debes implementar para poder analizar resultados de forma objetiva y con cierta perspectiva.
Por ejemplo, si tomamos como referencia la eliminatoria que hemos propuesto, no es bueno que cada ronda dure sólo un día. Si mides las ventas, mejor que los equipos tengan como mínimo una semana para poder ofrecer resultados. Eso sí, todo depende de tu producto y de la ventana de decisión con la que trabajes.
6. Define las recompensas
Aunque plantees una actividad divertida y una temática atractiva, los premios y recompensas que ofrezcas a tu equipo serán uno de los puntos más importantes para incentivar su participación.
Puedes ser incentivos económicos (tanto en efectivo, como cheques para gastar en diferentes tiendas) o incentivos no económicos. Estos incentivos pueden ser invitaciones a eventos, regalos tecnológicos. También puede tratarse de recompensas relacionadas con el trabajo como poder salir antes un día, disfrutar de esa mesa con vistas que tienes en la oficina, etc.
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7. Organiza los equipos
Según el tipo de gamificación, los miembros de tu equipo participarán de forma individual, en parejas o en grupo. También puede ser que diferentes equipos compitan entre ellos, por ejemplo, si gamificas equipos de diferentes oficinas o tiendas.
La ventaja de la participación por grupos o equipos es que, por un lado, aprovechas la emoción de la competición para impulsar la participación, pero también trabajas la colaboración entre los diferentes miembros de tu equipo.
8. Realiza la gamificación
La fase más divertida es poner en marcha todo lo que has planificado. En este momento es importante que aprendas a ser flexible. Quizá las mecánicas que has ideado parecían efectivas sobre el papel, pero, al ponerlas en marcha, detectas errores de concepción o aparecen comportamientos de tu equipo con los que no habías contado.
No tengas miedo en realizar los pequeños ajustes que sean necesarios para que todo el mundo disfrute de la actividad y para que se logren los objetivos marcados. Si algo no está funcionando y no realizas cambios, solo conseguirás que tu equipo pierda el interés y que la gamificación fracase.
9. Mide los resultados
Mientras dure la gamificación, los KPI que has establecido te ayudarán a valorar si la acción funciona y te permitirán analizar el desempeño del equipo.
Además, los resultados irán determinando las clasificaciones y premios que logren los participantes. Al acabar la dinámica, es cuando podrás ver qué objetivos se han cumplido y cuáles requieren mejoras.
10. Anuncia los premios
Una recomendación es establecer premios pequeños y un gran premio final. Los premios pequeños se pueden ir entregando al final de cada fase para mantener el interés y la motivación del equipo. Anuncia el gran premio final de una forma más vistosa con una reunión especial o evento que ponga punto y final a la dinámica y permita también comunicar los resultados obtenidos al equipo.
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