Con la llegada del verano, se incrementan las horas de luz, hace mejor tiempo y se acercan las vacaciones de la mayoría de empleados. Aun así, aunque nos tomemos unos necesarios días de descanso (se estima que por cada 10 horas de vacaciones que hace un trabajador, su desempeño mejora en un 8%), buena parte de esta estación estará formada por jornadas laborales ordinarias.
Trabajar en verano no es lo que los empleados más desean. Cuesta más mantener la concentración pensando en qué se hará al salir de la oficina o de la fábrica. Además, el calor hace que la productividad disminuya hasta un 20%.
A continuación te proponemos algunos consejos para mantener al máximo la motivación y el desempeño de tu equipo en esta época.
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Cómo motivar a tu equipo para trabajar en verano
1. Jornada reducida o jornada intensiva de verano
Para muchas empresas es ya una tradición cambiar los horarios laborales con la llegada del verano. Un clásico es fijar la jornada intensiva: el horario se condensa para poder salir antes y disfrutar de las posibilidades de ocio que el verano ofrece. Este tipo de jornadas predispone a los empleados de forma positiva, ya que sienten que aprovechan más su tiempo libre.
Algunas empresas, incluso, apuestan por reducir la jornada laboral, por ejemplo, ofreciendo los viernes libres a sus equipos para que disfruten de fines de semana de tres días.
Más allá de cambiar los horarios a una jornada intensiva, es una práctica interesante animar a los empleados a que se tomen los días de vacaciones que les corresponden, incluso proponerles ideas y planes para que disfruten de sus días libres. ¿Hay una exposición interesante en la ciudad? ¿Un nuevo restaurante que les puede gustar? Házselo saber.
El hecho de que no sientan que su ausencia puntual puede ser un inconveniente para la empresa hará que tus empleados estén más tranquilos (y sean más productivos) mientras trabajan y que desconecten más y mejor cuando estén fuera del puesto de trabajo.
2. Planifica para combatir la desconcentración
El siguiente consejo que te vamos a dar es útil durante todo el año, pero en verano puede ser la clave para que tu equipo esté concentrado: en la medida de lo posible, asigna los proyectos a quién sepas que les van a resultar más interesantes y motivadores.
Ayuda a tus empleados marcándoles objetivos claros que les permitan dedicarse a su trabajo sin distracciones. Esto evitará la ansiedad y el estrés, ya que tendrán claro qué deben hacer en cada momento.
También hay que tener en cuenta que el verano es una época en la que, normalmente, baja el volumen de trabajo. Esto permite más flexibilidad a la hora de organizar las tareas y brindarte la posibilidad de que los miembros de tu equipo se impliquen más con la organización:
- Realización de tareas secundarias: seguro que tienes una lista de cosas que siempre están pendientes y nuca se llevan a cabo por culpa de la inercia. Además, es posible que algunas de estas tareas ayuden a mejorar la eficiencia de algunos procesos. Aprovecha el verano para llevarlas a cabo. Tus empleados sentirán que hacen algo importante y que revierte en su beneficio.
- Planificación del nuevo curso: el verano también es un buen momento para planificar el curso que empezará en septiembre o, como mínimo, el cuarto trimestre del año. Todo este trabajo hará más sencillo el retorno a la normalidad tras las vacaciones de verano, reducirá el estrés y mejorará la productividad.
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3. Apuesta por formar e inspirar a tu equipo
Si hay menos volumen de trabajo, también es un momento ideal para apostar por mejorar las habilidades de tus empleados. Para hacerlo, tanto la formación como la inspiración son herramientas útiles que revertirán en el crecimiento profesional de tu equipo y les ayudará a mantener el interés mientras afuera brilla el sol.
Para potenciar la creatividad de tus empleados, es buena idea organizar jornadas de networking en la oficina. Haz que los equipos de diferentes departamentos o los encargado de diferentes clientes se reúnan y expliquen sus experiencias. Un nuevo punto de vista puede resultar la mar de interesante para dar nuevo brillo a los proyectos de tu empresa y sacar de su rutina a las personas que trabajan en ellos.
Otra opción es aprovechar el tiempo para analizar el trabajo que se ha realizado durante los últimos meses. El análisis profesional debe afrontarse de forma positiva; celebrando los objetivos alcanzados y buscar soluciones originales para aquellos que no se hayan cumplido, de una forma amena y sin presiones.
4. Haz que la jornada laboral sea una experiencia memorable
Si decimos que el verano es una época diferente al resto del año, ¿por qué las jornadas laborales van a ser iguales? Más allá de cambiar los horarios, puedes hacer algunas cosas que hagan que ir a trabajar sea muy apetecible:
- Cambia el ambiente de la oficina: no te limites a poner el aire acondicionado. Música ambiental, decoración estival, nuevos ambientadores, refrescante fruta para todos… Huye del ambiente gris del invierno y dale color al lugar de trabajo.
- Organiza días temáticos: un viernes hawaiano con zumos naturales, el lunes de trabajar en bañador, una jornada mediterránea con todos vestidos de lino blanco… ¿A que suena bien?
- Haz que trabajar sea un juego: mejora la productividad de tu empresa con gamificación durante el verano.
5. Celebra los logros de tus empleados y recompensa su empeño
El verano es un momento perfecto para poner en valor los logros de tu equipo. Su celebración y la recompensa por su esfuerzo puede estar ligada a días especiales o a premios para que disfruten del verano con los suyos.
Si cuentas con un plan de incentivos estructurado y unos objetivos claros, la llegada del verano es el momento ideal para hacer repaso y premiar a los empleados que mejores resultados hayan obtenido. Ya sean incentivos monetarios o incentivos no económicos. La gamificación para empresas te permite definir este tipo de planes y ejecutarlos de una manera divertida e innovadora.
El reconocimiento hará que tu equipo se sienta mejor y lo motivará para seguir trabajando con menos presión y sintiéndose más valorados.
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